Audiencia: Público en general
Objetivo: Hacer conciencia de la pérdida de valores, no deben perderse, recordar que esto empieza desde casa, no solo en jóvenes y adultos, también los niños ya que ellos aprenden las conductas que ven día a día, educarlos de buena manera, la clave de una sociedad es el trabajo en conjunto de los valores.
Causas y consecuencias de la pérdida de valores
El hombre de hoy contempla en su conciencia un gran vacío de valores, por lo que no es posible separar la crisis de valores de la crisis social.
Los cambios sociales acaecidos en el último cuarto de siglo son tan radicales que se puede hablar de una metamorfosis social y cultural, debido a que cualquier reajuste social y mucho más un cambio social, implica siempre un reflejo en el sistema de valores.
Entre las causas que han llevado a la pérdida de valores encontramos: la desintegración y los conflictos familiares; los divorcios; la situación económica; deserción escolar; desobediencia; drogadicción, entre otros tantos factores que han acabado con los valores en el país y han dejado como consecuencia: surgimiento de bandas; prostitución; embarazos prematuros y no deseados; robos; transculturación; abortos en jóvenes a temprana edad; relaciones sexuales promiscuas, etc.…
El gran vacío de los valores
El vacío de los valores, es el vacío de unos imperativos cuya razón de ser no es nada obvia. ¿Por qué? Porque la racionalidad económica y pragmática lo ha invadido todo.
Encontramos pensamientos erróneos como: nada vale por sí mismo, sino por su utilidad; la obra de arte no se deslumbra por su belleza, si no por la ocasión de invertir que representa; estudiar no es un placer, es un trámite para ganar más dinero; solo lo numérico y cuantificable -lo aparente en suma- es objeto de complacencia, con esta y otras formas de pensar nos preguntamos ¿Satisface un mundo así?.
El gran vacío de los valores
El vacío de los valores, es el vacío de unos imperativos cuya razón de ser no es nada obvia. ¿Por qué? Porque la racionalidad económica y pragmática lo ha invadido todo.
Encontramos pensamientos erróneos como: nada vale por sí mismo, sino por su utilidad; la obra de arte no se deslumbra por su belleza, si no por la ocasión de invertir que representa; estudiar no es un placer, es un trámite para ganar más dinero; solo lo numérico y cuantificable -lo aparente en suma- es objeto de complacencia, con esta y otras formas de pensar nos preguntamos ¿Satisface un mundo así?.
Tal vez la razón fundamental del vacío de los valores que constatamos no sea otra que el haber condenado al sentimiento a un papel secundario en nuestro trato con los hombres y las cosas.
Hay valores están ahí, porque tienen que orientar las preferencias y elecciones de los humanos, pero son valores fácticos llamados “valores de mercado”, lo cual no distingue entre lo categóricamente bueno o malo, ni entre lo justo o lo injusto.
Nunca los valores fueron tan mudables, tan dependientes de intereses extraños a las cosas mismas, sujetos a modas y caprichos imprevisibles.
Estamos ante una evidente crisis y vacío de valores y preocupa en primer lugar la superficialidad, el vacío y la desinteriorización del hombre que le lleva a vivir de cara al exterior, aturdido entre prisas y ruidos, sin saber a dónde va y quien es.
Por ello es preciso abrir caminos seguros y coherentes a la Familia, a la escuela, a la juventud y a la sociedad, para buscar valores que den sentido a nuestras vidas, máxime cuando los jóvenes necesitan valores que den sentido a su existencia y que vayan guiando sus pasos por los caminos de la plena realización.
Todas las culturas han aceptado los conceptos de amistad, amor, justicia, paz, solidaridad, buen entendimiento, fraternidad.
Hay que elevar todo lo hermoso, bueno, verdadero, justo y bello que vemos en la humanidad para consolidar la paz y la buena convivencia.
La familia y la escuela tiene hoy un reto inaplazable: abrir causes para que los grandes valores del humanismo cristiano afloren en sus tareas educativas.
Pero no olvidemos que los valores impuestos a la fuerza suelen ser valores rechazados, mientras que los valores sugeridos que dejan un amplio margen a la reflexión serena y a la decisión responsable, suelen ser valores libremente asumidos.
Algunos expertos consideran que ha llegado la hora de encontrar auténticos criterios morales, debidamente ponderados, que vayan más allá de la simple eficacia, como el sentido de la autonomía personal, la fuerza de la responsabilidad, la madurez espiritual y moral, la solidaridad hacia los hermanos. Será oportuno recordar que nuestra sociedad vive una profunda desmoralización porque, en el fondo, ha perdido el verdadero sentido de la vida.
Los valores, la familia y la educación
Entre los mejores regalos que pueden hacer los padres a sus hijos figura el amor incondicional y los valores que estos empleen para regir la vida de aquella persona, que en un futuro serán el hombre o la mujer de una sociedad.
La carencia de valores se puede observar en todas las clases sociales, desde el más rico hasta el más pobre y entre estos están la perdida de respeto a la autoridad, la impuntualidad, la descortesía, la agresividad, la discriminación, etc.
Una de las principales causas que se dan por la carencia de valores en las personas es porque muchas crecieron en un entorno familiar en el que no les enseñaron un modelo de persona que represente valores éticos y morales.
El valor como tal es uno de los rasgos más importantes que se aprenden en el seno de la educación familiar, por lo que implica una mejor planificación en el campo familiar y en el campo escolar.
El proceso de la educación hace referencia siempre a algún modelo axiológico, en cuanto intenta reproducir los valores, actitudes, hábitos, técnicas y conocimientos que predominan en una sociedad determinada, pero las condiciones sociales y tecnológicas de nuestro tiempo exigen un nuevo replanteamiento y quizás una profunda revisión de las funciones que tradicionalmente se le asignan a la educación, para buscar una mejoría en el tema de la recuperación de los valores.
Dada la trascendencia de los valores en el hogar, la familia no puede olvidar que allí el hijo recibe las primeras caricias, las primeras enseñanzas, percibe los comportamientos iníciales, es allí donde se ponen los fundamentos éticos que deben gobernar a la persona a atreves de su vida y que luego esos valores los pondrán en práctica en los planteles educativos, no sólo para su crecimiento personal, sino para la buena convivencia con sus compañeros y profesores.
Desde el hogar y los colegios se deben fomentar valores como: las religiones que oficialmente promueven la bondad, el valor de lo sagrado y los valores trascendentales y sobrenaturales, tales como la adoración y la salvación eterna.
La política que promueve valores sociales y el bien común, además del deporte que conlleva a la disciplina y la salud, también es importante inculcar valores como la cultura, la confianza, la paz, la limpieza, la libertad, la democracia, la rapidez, el perdón, el respeto, la intimidad, la independencia, entre otros tantos que son fundamentales en la vida y que poco a poco se han ido perdiendo.
Los valores humanos han sido siempre tema importante de reflexión por parte de los hombres más profundos y más responsables, por ello hoy los queremos llamar a la reflexión por el rescate de nuestros valores.
El estado francamente deplorable en que se encuentra México en varios rubros, particularmente en política y cuestiones sociales, hace que me pregunte –y les pregunte a ustedes–: ¿por qué México vive una crisis de valores?, ¿no es buena la gente de mi País?, y si la gente es esencialmente “buena”, ¿por qué en las calles, escuelas, oficinas y estancias de Gobierno se cometen actos cuestionables y violentos, todos los días?
Tratemos de ahondar en este tema con la ayuda de dos autores.
El primero es un conocido filósofo griego llamado Aristóteles, que nos hablaba no de valores, sino de virtudes.
Aristóteles tenía su propia escala, sin embargo, él creía que lo ideal se encontraba no en el tener todo “lo bueno” o lo virtuoso, sino en tener el justo medio o equilibrio perfecto entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, nuestra idea de “valores” no viene a ser igual que las virtudes del filósofo griego. Pero más adelante les diré por qué creo que hay una relación entre lo que decía el viejo Ari y lo que nos enseñaban en la primaria.
El otro señor que invito a la mesa de discusión fue un hombre alemán llamado Max Scheler. Don Max sí que nos hablaba de valores, pero para él los valores se presentan en cada uno como esferas que están en conflicto entre sí. Tenemos valores vitales, religiosos, del agrado y espirituales que se dividen en jurídicos, estéticos e intelectuales.
Ahora bien, ¿de qué me sirve saber lo que es un valor y lo que es una virtud? ¿Con eso basta para saber qué es lo correcto/bueno y actuar de acuerdo a ello?
Cuando me hice esta pregunta me vi transportada a través de mis recuerdos a mi salón de clases de la primaria. En secundaria o preparatoria, la enseñanza no varió demasiado en cuestión de valores.
Los valores hay que aprendérselos de memoria los más que podamos: honestidad, respeto, justicia, perseverancia, solidaridad, amor (¡hasta éste salió valor!), amistad, responsabilidad, entre otros.
Incansablemente las autoridades repiten que “hay que ser éticos”, que “hay que tener ética” y que hay que “inculcar valores”.
El problema es que todas estas autoridades están equivocadas tanto en su concepción de lo que son la ética y los valores, como en su metodología para enseñarnos a ser ciudadanos moralmente conscientes.
La ética y la moral como temas y materias teóricas no sirven de nada.
Son ejercicios prácticos que nos deben guiar y dar pautas de cómo hacernos preguntas, ponernos dilemas éticos sobre esas dimensiones que abarcan los valores.
Regresando a las virtudes, si les he dado un lugar aquí cuando hablamos de valores, es precisamente por cómo nos enseñan los valores de forma equivocada cuando somos niños.
Nos entregan una estampita colorida que muestra a un niño regresando una billetera perdida y arriba dice “honestidad”. Este es un valor estandarizado, de molde, que tratamos hacer hábito.
La palabra moderna para hábito es costumbre. Queremos que los niños de México tengan la costumbre de practicar valores.
Y estamos equivocados. Porque los valores no son algo que hacemos, son algo que existe en el interior de nosotros y que nos corresponde por superación del espíritu humano, el ejercicio de escarbar y cuestionar qué es lo que para nosotros es valioso y qué no lo es.
Los valores deben ser un ejercicio y una reflexión, no un acto estándar.
Lo único que me resta es invitarlos a que se cuestionen a sí mismos y a que cuestionemos nuestros valores como sociedad.
Una persona que hace el ejercicio moral, que hace uso de la reflexión ética es una persona que adquiere firmeza en lo que cree, es menos susceptible a que le impongan valores desde arriba.
También está mejor encaminada para vivir una vida congruente con lo que piensa, porque piensa y reflexiona por sí mismo, para sí mismo y para los demás.
Salvemos a México no una reforma a la vez, sino una mente despierta a la vez.
Los valores son muy importantes, es alarmante ver como al pasar del tiempo estos se pierden con mucha fuerza, los valores empiezan desde casa, por eso es muy importante que los padres inculquen de buenos principios a sus hijos, una persona con valores es fundamental para conllevar una buena relación con la sociedad, es muy importante siempre ser educado, ya que a todos nos gustaría recibir respeto y buen trato, para esto es fundamental hacerlo nosotros también.
Hagamos un cambio, mostremos en la sociedad que los valores se demuestran de distintas formas, desde no tirar basura en las calles hasta el respeto mutuo a las personas, propongo que cambiemos las cosas, depositar la basura en su lugar para no contaminar las calles, ayudar a mayores de edad, cuidar la naturaleza y animales que nos rodean; mostrar el mayor altruismo posible, si cada quien pusiera de su parte en detalles menores, cambiaríamos grandemente al mundo que nos rodea.
Recordemos que lo poco que hagamos, será mucho para mostrar un cambio.
Terminare esto diciendo la muy conocida regla de oro, “trata a los demás que te gustaría que te tratasen”.
Entreviste a 3 personas de mi comunidad acerca del tema, esto fue lo que contestaron cada uno de ellos:
Entrevista #1
1. ¿Qué opina de los valores?
Qué son nuestras bases para nuestro desarrollo y buen comportamiento, dentro de nuestra sociedad.
2. ¿Qué opina de la pérdida de valores?
Qué es nuestro peor enemigo dentro de las familias ya que se pierde todo lo logado por nuestros antepasados.
3. ¿Se considera usted una persona de valores? ¿Por qué?
Sí, por la formación y educación de mis padres y abuelos que se esforzaron en inculcarme los valores.
4. ¿Qué considera esencial para conllevar una buena convivencia en sociedad?
Qué haya profundo respeto hacia nuestras autoridades, adulto, maestro y sociedad en general.
Entrevista #2
1. ¿Qué opina de los valores?
Es la base de la sociedad si queremos un mundo mejor.
2. ¿Qué opina de la pérdida de valores?
Qué estamos peor cada día porque se está perdiendo el respeto a las autoridades, a los mayores, a los adultos, a los maestros, a los padres y en general a muchas otras personas.
3. ¿Se considera usted una persona de valores? ¿Por qué?
Sí, porque en primer lugar me gusta que me respeten y respetar a los demás.
4. ¿Qué considera esencial para conllevar una buena convivencia en sociedad?
El respeto y la tolerancia.
Entrevista #3
1. ¿Qué opina de los valores?
Los valores son lo que completan tu persona.
2. ¿Qué opina de la pérdida de valores?
Qué una persona sin sus valores no es una persona que se puede dar a respetar.
3. ¿Se considera usted una persona de valores? ¿Por qué?
Sí, porque doy a respetar a mis compañeros y mi familia.
4. ¿Qué considera esencial para conllevar una buena convivencia en sociedad?
Respetar las opiniones de los demás.
Fuentes de consulta:
1.- El Pilón – causas y consecuencias de la pérdida de valores (consultado el 16 de febrero de 2019)
URL: https://elpilon.com.co/causas-y-consecuencias-de-la-perdida-de-valores/
2.- Vanguardia | MX – Sobre la crisis de valores en México por: Opinión Ciudadana (consultado el 20 de febrero de 2019)
URL: https://vanguardia.com.mx/articulo/sobre-la-crisis-de-valores-en-mexico
Hay valores están ahí, porque tienen que orientar las preferencias y elecciones de los humanos, pero son valores fácticos llamados “valores de mercado”, lo cual no distingue entre lo categóricamente bueno o malo, ni entre lo justo o lo injusto.
Nunca los valores fueron tan mudables, tan dependientes de intereses extraños a las cosas mismas, sujetos a modas y caprichos imprevisibles.
Estamos ante una evidente crisis y vacío de valores y preocupa en primer lugar la superficialidad, el vacío y la desinteriorización del hombre que le lleva a vivir de cara al exterior, aturdido entre prisas y ruidos, sin saber a dónde va y quien es.
Por ello es preciso abrir caminos seguros y coherentes a la Familia, a la escuela, a la juventud y a la sociedad, para buscar valores que den sentido a nuestras vidas, máxime cuando los jóvenes necesitan valores que den sentido a su existencia y que vayan guiando sus pasos por los caminos de la plena realización.
Todas las culturas han aceptado los conceptos de amistad, amor, justicia, paz, solidaridad, buen entendimiento, fraternidad.
Hay que elevar todo lo hermoso, bueno, verdadero, justo y bello que vemos en la humanidad para consolidar la paz y la buena convivencia.
La familia y la escuela tiene hoy un reto inaplazable: abrir causes para que los grandes valores del humanismo cristiano afloren en sus tareas educativas.
Pero no olvidemos que los valores impuestos a la fuerza suelen ser valores rechazados, mientras que los valores sugeridos que dejan un amplio margen a la reflexión serena y a la decisión responsable, suelen ser valores libremente asumidos.
Algunos expertos consideran que ha llegado la hora de encontrar auténticos criterios morales, debidamente ponderados, que vayan más allá de la simple eficacia, como el sentido de la autonomía personal, la fuerza de la responsabilidad, la madurez espiritual y moral, la solidaridad hacia los hermanos. Será oportuno recordar que nuestra sociedad vive una profunda desmoralización porque, en el fondo, ha perdido el verdadero sentido de la vida.
Los valores, la familia y la educación
Entre los mejores regalos que pueden hacer los padres a sus hijos figura el amor incondicional y los valores que estos empleen para regir la vida de aquella persona, que en un futuro serán el hombre o la mujer de una sociedad.
La carencia de valores se puede observar en todas las clases sociales, desde el más rico hasta el más pobre y entre estos están la perdida de respeto a la autoridad, la impuntualidad, la descortesía, la agresividad, la discriminación, etc.
Una de las principales causas que se dan por la carencia de valores en las personas es porque muchas crecieron en un entorno familiar en el que no les enseñaron un modelo de persona que represente valores éticos y morales.
El valor como tal es uno de los rasgos más importantes que se aprenden en el seno de la educación familiar, por lo que implica una mejor planificación en el campo familiar y en el campo escolar.
El proceso de la educación hace referencia siempre a algún modelo axiológico, en cuanto intenta reproducir los valores, actitudes, hábitos, técnicas y conocimientos que predominan en una sociedad determinada, pero las condiciones sociales y tecnológicas de nuestro tiempo exigen un nuevo replanteamiento y quizás una profunda revisión de las funciones que tradicionalmente se le asignan a la educación, para buscar una mejoría en el tema de la recuperación de los valores.
Dada la trascendencia de los valores en el hogar, la familia no puede olvidar que allí el hijo recibe las primeras caricias, las primeras enseñanzas, percibe los comportamientos iníciales, es allí donde se ponen los fundamentos éticos que deben gobernar a la persona a atreves de su vida y que luego esos valores los pondrán en práctica en los planteles educativos, no sólo para su crecimiento personal, sino para la buena convivencia con sus compañeros y profesores.
Desde el hogar y los colegios se deben fomentar valores como: las religiones que oficialmente promueven la bondad, el valor de lo sagrado y los valores trascendentales y sobrenaturales, tales como la adoración y la salvación eterna.
La política que promueve valores sociales y el bien común, además del deporte que conlleva a la disciplina y la salud, también es importante inculcar valores como la cultura, la confianza, la paz, la limpieza, la libertad, la democracia, la rapidez, el perdón, el respeto, la intimidad, la independencia, entre otros tantos que son fundamentales en la vida y que poco a poco se han ido perdiendo.
Los valores humanos han sido siempre tema importante de reflexión por parte de los hombres más profundos y más responsables, por ello hoy los queremos llamar a la reflexión por el rescate de nuestros valores.
Sobre la crisis de valores en México
El estado francamente deplorable en que se encuentra México en varios rubros, particularmente en política y cuestiones sociales, hace que me pregunte –y les pregunte a ustedes–: ¿por qué México vive una crisis de valores?, ¿no es buena la gente de mi País?, y si la gente es esencialmente “buena”, ¿por qué en las calles, escuelas, oficinas y estancias de Gobierno se cometen actos cuestionables y violentos, todos los días?
Tratemos de ahondar en este tema con la ayuda de dos autores.
El primero es un conocido filósofo griego llamado Aristóteles, que nos hablaba no de valores, sino de virtudes.
Aristóteles tenía su propia escala, sin embargo, él creía que lo ideal se encontraba no en el tener todo “lo bueno” o lo virtuoso, sino en tener el justo medio o equilibrio perfecto entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, nuestra idea de “valores” no viene a ser igual que las virtudes del filósofo griego. Pero más adelante les diré por qué creo que hay una relación entre lo que decía el viejo Ari y lo que nos enseñaban en la primaria.
El otro señor que invito a la mesa de discusión fue un hombre alemán llamado Max Scheler. Don Max sí que nos hablaba de valores, pero para él los valores se presentan en cada uno como esferas que están en conflicto entre sí. Tenemos valores vitales, religiosos, del agrado y espirituales que se dividen en jurídicos, estéticos e intelectuales.
Ahora bien, ¿de qué me sirve saber lo que es un valor y lo que es una virtud? ¿Con eso basta para saber qué es lo correcto/bueno y actuar de acuerdo a ello?
Cuando me hice esta pregunta me vi transportada a través de mis recuerdos a mi salón de clases de la primaria. En secundaria o preparatoria, la enseñanza no varió demasiado en cuestión de valores.
Los valores hay que aprendérselos de memoria los más que podamos: honestidad, respeto, justicia, perseverancia, solidaridad, amor (¡hasta éste salió valor!), amistad, responsabilidad, entre otros.
Incansablemente las autoridades repiten que “hay que ser éticos”, que “hay que tener ética” y que hay que “inculcar valores”.
El problema es que todas estas autoridades están equivocadas tanto en su concepción de lo que son la ética y los valores, como en su metodología para enseñarnos a ser ciudadanos moralmente conscientes.
La ética y la moral como temas y materias teóricas no sirven de nada.
Son ejercicios prácticos que nos deben guiar y dar pautas de cómo hacernos preguntas, ponernos dilemas éticos sobre esas dimensiones que abarcan los valores.
Regresando a las virtudes, si les he dado un lugar aquí cuando hablamos de valores, es precisamente por cómo nos enseñan los valores de forma equivocada cuando somos niños.
Nos entregan una estampita colorida que muestra a un niño regresando una billetera perdida y arriba dice “honestidad”. Este es un valor estandarizado, de molde, que tratamos hacer hábito.
La palabra moderna para hábito es costumbre. Queremos que los niños de México tengan la costumbre de practicar valores.
Y estamos equivocados. Porque los valores no son algo que hacemos, son algo que existe en el interior de nosotros y que nos corresponde por superación del espíritu humano, el ejercicio de escarbar y cuestionar qué es lo que para nosotros es valioso y qué no lo es.
Los valores deben ser un ejercicio y una reflexión, no un acto estándar.
Lo único que me resta es invitarlos a que se cuestionen a sí mismos y a que cuestionemos nuestros valores como sociedad.
Una persona que hace el ejercicio moral, que hace uso de la reflexión ética es una persona que adquiere firmeza en lo que cree, es menos susceptible a que le impongan valores desde arriba.
También está mejor encaminada para vivir una vida congruente con lo que piensa, porque piensa y reflexiona por sí mismo, para sí mismo y para los demás.
Salvemos a México no una reforma a la vez, sino una mente despierta a la vez.
Opinión personal: Ixtlán del Río, Nay.
Los valores son muy importantes, es alarmante ver como al pasar del tiempo estos se pierden con mucha fuerza, los valores empiezan desde casa, por eso es muy importante que los padres inculquen de buenos principios a sus hijos, una persona con valores es fundamental para conllevar una buena relación con la sociedad, es muy importante siempre ser educado, ya que a todos nos gustaría recibir respeto y buen trato, para esto es fundamental hacerlo nosotros también.
Hagamos un cambio, mostremos en la sociedad que los valores se demuestran de distintas formas, desde no tirar basura en las calles hasta el respeto mutuo a las personas, propongo que cambiemos las cosas, depositar la basura en su lugar para no contaminar las calles, ayudar a mayores de edad, cuidar la naturaleza y animales que nos rodean; mostrar el mayor altruismo posible, si cada quien pusiera de su parte en detalles menores, cambiaríamos grandemente al mundo que nos rodea.
Recordemos que lo poco que hagamos, será mucho para mostrar un cambio.
Terminare esto diciendo la muy conocida regla de oro, “trata a los demás que te gustaría que te tratasen”.
Entrevistas:
Entreviste a 3 personas de mi comunidad acerca del tema, esto fue lo que contestaron cada uno de ellos:
Entrevista #1
1. ¿Qué opina de los valores?
Qué son nuestras bases para nuestro desarrollo y buen comportamiento, dentro de nuestra sociedad.
2. ¿Qué opina de la pérdida de valores?
Qué es nuestro peor enemigo dentro de las familias ya que se pierde todo lo logado por nuestros antepasados.
3. ¿Se considera usted una persona de valores? ¿Por qué?
Sí, por la formación y educación de mis padres y abuelos que se esforzaron en inculcarme los valores.
4. ¿Qué considera esencial para conllevar una buena convivencia en sociedad?
Qué haya profundo respeto hacia nuestras autoridades, adulto, maestro y sociedad en general.
Entrevista #2
1. ¿Qué opina de los valores?
Es la base de la sociedad si queremos un mundo mejor.
2. ¿Qué opina de la pérdida de valores?
Qué estamos peor cada día porque se está perdiendo el respeto a las autoridades, a los mayores, a los adultos, a los maestros, a los padres y en general a muchas otras personas.
3. ¿Se considera usted una persona de valores? ¿Por qué?
Sí, porque en primer lugar me gusta que me respeten y respetar a los demás.
4. ¿Qué considera esencial para conllevar una buena convivencia en sociedad?
El respeto y la tolerancia.
Entrevista #3
1. ¿Qué opina de los valores?
Los valores son lo que completan tu persona.
2. ¿Qué opina de la pérdida de valores?
Qué una persona sin sus valores no es una persona que se puede dar a respetar.
3. ¿Se considera usted una persona de valores? ¿Por qué?
Sí, porque doy a respetar a mis compañeros y mi familia.
4. ¿Qué considera esencial para conllevar una buena convivencia en sociedad?
Respetar las opiniones de los demás.
Multimedia
1.- El Pilón – causas y consecuencias de la pérdida de valores (consultado el 16 de febrero de 2019)
URL: https://elpilon.com.co/causas-y-consecuencias-de-la-perdida-de-valores/
2.- Vanguardia | MX – Sobre la crisis de valores en México por: Opinión Ciudadana (consultado el 20 de febrero de 2019)
URL: https://vanguardia.com.mx/articulo/sobre-la-crisis-de-valores-en-mexico
estuvo bien tu información lo único que te falto agregar tu nombre y tu correo electrónico
ResponderBorrarTu información es muy buena solo que te hizo falta poner tu nombre y tu correo, aparte que a mi punto de vista te hizo falta que le pusieras un poco de mas colores y una imagen de fondo para que se viera mas bonito
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